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En España está prohibido dar de comer a las palomas. En otros países ocurre lo mismo y esto te puede causar una multa (igual que con los gatos y demás).
Son el color de la ciudad y deberíamos estar contentos por su presencia.
Nos dicen que las palomas urbanas están ''bien alimentadas'' y que les causamos mal alimentándolas pues esto hace ''crecer la población''. Pero no es cierto, pues en general están mal nutridas (como podrían estarlo cuando se alimentan de desperdicios humanos), los pichones no sobreviven a los dos meses de vida y están muy deterioradas de plumaje y estado de sus patas de vivir en la sucia y asfaltada ciudad.
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Foto: web |
Sin contar con la multitud de ciudadanos que las maltrata sistemáticamente, y su larga jornada de 12 horas al día buscando alimento...¿Se nos prohíbe echarles unas migas para ayudarlas a vivir mejor, estar sanas y más fuertes, y de paso, no tirar los cereales que nos sobran? La vida de los animales urbanos es dura y no creemos que se deba perseguir a los alimentadores como si de delincuentes se tratara. Una paloma adulta necesita 30g de alimento adecuado al día para cubrir sus necesidades, y aún no conocemos alimentador que administre cantidades suficientes como para culparle de una explosión de población. Fijaos, 30 palomas requerirían 1kg de arroz diario, y unas migas de ciudadanos afines, no se aproximan nunca a estas cantidades. Tendríamos que contar, además, con el resto de aves como gorriones, urracas, mirlos...que también tienen sus propios aliados.
Los Ayuntamientos, alegando daño a los edificios, monumentos, problemas de sanidad o quejas vecinales, comenzaron a aplicar la medida de multar a aquellos que las alimentaran. La primera ciudad en introducir esta medida fue Barcelona con el objetivo de controlar la población de palomas existente. Otras ciudades que se unieron a ella fueron: Zaragoza, Castellón, Sevilla y Málaga, donde una mujer ha sido multada con 3.756 euros por alimentar a las palomas que revoloteaban alrededor de su edificio.
Fuera de nuestras fronteras, otras ciudades han prohibido esta actividad también, no está permitido dar de comer a las palomas en Trafalgar Square en
Londres ni en la Piazza de
San Marco en Venecia, y es que yo creo que no existe ningún turista en el mundo que haya hecho una foto en esos lugares sin que apareciera también alguna paloma. Sin embargo, están ciudades como
Nueva York, donde alimentar aves es una actividad ciudadana aceptada, no obstante, en
Chicago donde sí está penado con hasta 500e.
Veamos ejemplos sobre las multas:
- Zaragoza 90e,
Madrid 150e-750e , (La Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales del Ayuntamiento madrileño señala en su artículo 11 que, “por razones de salud pública y protección al medio ambiente urbano, se prohíbe el suministro de alimentos a animales vagabundos o abandonados, así como de cualquier otro cuando de ello puedan derivarse molestias, daños o focos de insalubridad”; Así, se han fijado sanciones de entre 150 y 300 euros para quienes vulneren lo recogido en dicha ordenanza, considerando la infracción como leve. Sin embargo, la multa puede llegar hasta los 750 euros si se aplica la normativa recogida en la ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos, que también prohíbe dar de comer a los animales en estas zonas).
También se plantean los 1500e de multa.
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- Bilbao, hasta 750e
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y un largo etcétera.
Según el municipio, es aconsejable revisar la ordenanza municipal al respecto de alimentación de animales en la vía pública.
Pero si el problema son sus heces, tan fácil como limpiar o instalar palomares ecológicos en los parques y zonas más naturalizadas de la ciudad, con el apoyo de la administración de piensos anticonceptivos. Hoy en día cada vez tendremos más fauna urbana compuesta por palomas, torcaces, urracas, gorriones, golondrinas, gatos...pues los espacios verdes se reducen más y más, y los cotos de caza están por todas partes.
Es más el principal motivo de deterioro de los monumentos no son las palomas sino los gases que emiten nuestros queridos coches (ver artículo,
¿quién arruina los monumentos?).
Y si alguien piensa que hay muchas en una zona, debemos evaluar cuál es la mejor estrategia para mantener su población sin perjudicarlas:
- Evaluar el elevado coste que supone utilizar las fuerzas policiales para multar a los alimentadores, así como el tiempo en perseguirlos y buscar los puntos de alimentación.
- Evaluar el coste que supone la captura de palomas con red, el coste de estas empresas que además practican el maltrato animal.
- El coste que supondría suministrar pienso anticonceptivo en zonas saturadas. Estoy segura que esta opción es la más barata y permite tener palomas sanas y bien cuidadas en lugar de practicar la barbarie y además gastar dinero en ella.
Estoy segura que el balance coste beneficio del tercer punto es el más óptimo, ético y respetuoso con el medio ambiente.
Quedó interesante este escrito de protesta de un colega:
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Simpática realidad. Foto: web |
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Foto: web |
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Foto: web |
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Comiendo en la vía pública. Foto foro MALP
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